sábado, 27 de diciembre de 2014

"El último José Antonio". Interesante libro sobre José Antonio Primo de Rivera

Me llama la atención que "Alerta Digital" y "Diario Ya" se hayan preocupado por dedicarle un espacio a este libro que he podido leer y aparte conversar con el autor, el profesor de instituto pero excelente historiador Francisco Torres. Del que recomiendo también otra obra "Soldados de Hierro", trata sobre los murcianos que combatieron en el Este en la Segunda Guerra Mundial, en la División Azul. Pese a que pueden pareceros precios caros, las obras son excelentes y el precio se debe a que son libros con multitud de páginas, (de más de 600 en el caso del 1º y cerca de 900 en el caso del 2º) y que aparte pocas editoriales se atreven a publicar cosas que no vayan a ser best-sellers. Pese a ello, el libro de que os voy a hablar va por la 3ª edición y de "soldados de Hierro" se acaba de editar una 2ª. Me gusta "El último José Antonio" porque cuenta multitud de detalles que demuestran la calidad humana y política de José Antonio, que fue admirado desde Franco hasta políticos de izquierda como Ramón Tamames o Julio Anguita. También es muy interesante la admiración que despertó en otros presos e incluso milicianos republicanos en la cárcel de Alicante. Como las ilegalidades que se produjeron en su condena a muerte, pues fue arrestado meses antes del alzamiento nacional. Pero sobre todo, desmiente el mito muy tomado por la izquierda o por las infinitas divisiones del falangismo, tras desaparecer el franquismo, del supuesto interés de personalidades del bando nacional por no salvarle, cuando incluso el mismo Mussolini se interesó por un canje. Es más, sería de hipócrita homenajearlo de la manera que lo hizo Franco, si di verdad lo hubieran dejado morir. Además una operación de rescate hubiera sido arriesgadísima, el rescate de Mussolini en el Gran Sasso se hubiera quedado corto al lado. Pues Alicante estaba en una zona bien dominada por la República, cualquier incursión tenía altísimas posibilidades de fracaso.
 
Aquí os dejo el artículo que AD ha publicado:
 
El Centro Cívico de Málaga ha acogido la presentación de “El último José Antonio” (Editorial Barbarroja), del catedrático y colaborador de AD Francisco Torres, una obra que muchos consideran “prácticamente definitiva” sobre el fundador de la Falange. En ella, el historiador murciano se enfrenta a los mitos y antimitos que han contribuido a distorsionar una figura que es necesario deconstruir, releyendo hacia atrás desde sus notas, escritos y palabras de la cárcel.
Durante la presentación, organizada por Falange, Francisco Torres desgranó pormenorizadamente las innumerables irregularidades legales a lo largo de un proceso en el que la suerte del fundador de Falange estaba echada de antemano y aportó al mismo tiempo numerosas anécdotas que ayudaron a comprender más y mejor el perfil político y humano de José Antonio.
El libro, en palabras de Torres, “trata de explicar a José Antonio” desde sus últimos escritos sin dejar a un “lado la reconstrucción de los últimos meses de su vida”. Un libro en el que aborda con valentía y rigor, con nuevas interpretaciones, muchas de las incógnitas que muchas veces nos planteamos sobre la biografía de Primo de Rivera.
Allí donde brota una originalidad que arranca con su discurso de la revolución española y que se cierra en su pugna dialéctica con las soluciones erróneas, incluyendo en ellas al fascismo. Una propuesta ideológica que le costó la vida.
Desde un impresionante acervo documental inexplicablemente inédito, revisando críticamente cuanto se ha publicado, es la historia de aquellos meses de prisión, juicio y ejecución seguidos con precisión. Y la respuesta del historiador a los grandes interrogantes: ¿Quiénes fueron los responsables? ¿Por qué fracasaron los intentos de liberación? ¿Qué sublevación apoyó y cómo afrontó la guerra civil? ¿Qué papel jugaron personajes como Prieto, Azaña, Largo Caballero o Franco? ¿Cómo fue realmente el juicio político de José Antonio?
Luego, y tras un animado coloquio con los asistentes, Francisco Torres firmó ejemplares de su libro y reiteró su agradecimiento a los organizadores del acto. Reproducimos la entrevista de AD a Francisco Torres coincidiendo con la salida de su obra histórica al mercado:
“José Antonio hubiera estado hoy con los desahuciados y no con los bancos”
-Su libro, que en algunos capítulos se transforma en una investigación detectivesca narrada con pulso cinematográfico, tiene la virtud de engancharte pese a que su desenlace sea de sobra conocido. Sin embargo, antes de entrar en todo lo referente a la prisión el juicio y el asesinato, me ha llamado la atención la síntesis en cincuenta páginas que hace del pensamiento de José Antonio y muchas de las reflexiones que hace por lo que se me ocurre preguntarle ¿Qué diría José Antonio hoy?
En la cárcel, tanto en Madrid como en Alicante, José Antonio dedicaba parte de su tiempo a escribir. Desgraciadamente no todos sus papeles han sido publicados o fueron destruidos. Probablemente Indalecio Prieto destruyó algunos. Pero lo que conocemos de los mismos y lo que dejó traslucir durante el juicio de Alicante obligan al historiador a releer en esa clave cuánto había dicho durante su corta vida pública. Al mismo tiempo es preciso deslindar lo puramente coyuntural de lo permanente, y eso es lo que hemos hecho de forma sintética.
Cuando yo inicié este trabajo, hace unos seis años, ya se percibía que algunos de los elementos clave del su pensamiento político-económico volvían a cobrar actualidad al viento de la imposición del ultraliberalismo, de las tesis de la Escuela de Chicago y de la dictadura de los Friedman-boys. José Antonio edificó sus tesis en un momento de crisis económica producto, entre otras cosas, del crecimiento incontrolado del capitalismo especulativo frente a lo que se alzaban los grupos revolucionarios de izquierda. Hoy vivimos dentro de una nueva crisis del capitalismo y estamos asistiendo al fermento de una nueva izquierda revolucionaria que espera que esa crisis le lleve hacia un estallido que le conduzca al poder o, al menos, restaure la viabilidad de la desprestigiada revolución marxista. En este marco el problema vuelve a plantearse en las mismas coordenadas: unos españoles desesperados, que consideran que la superestructura oligárquico-político-financiera les explota, que por ello, por ausencia de alternativas verdaderas, derivan hacia posiciones de izquierda revolucionaria.
-¿Cómo vería el movimiento de los indignados? Usted sabrá que entre algunos han circulado algunas frases de José Antonio
No me extraña. Mire, a veces se cae en el error de caer en generalizaciones. Los indignados no son los grupos minoritarios vinculados normalmente a Izquierda Unida o a los grupos antisistema alimentados por la izquierda o por la tolerancia estúpida del progresismo conservador que se han convertido en los controladores y manipuladores de la indignación.
Los indignados somos usted y yo. Cientos de miles de ciudadanos normales que reclaman cosas que José Antonio defendió. Los que pedimos que la economía esté al servicio del hombre y no al contrario y por eso José Antonio quería desmontar el orden económico existente, el capitalismo especulativo-financiero, para edificar otro desde categorías éticas. Y eso supone que no existe más dignidad que la del trabajo, que el trabajo es un derecho y un deber, una función más de la persona y que es preciso acabar con el desarraigo y la deshumanización que conlleva el sistema capitalista. Pero es más, José Antonio estima que la sociedad evitará ser víctima del enfrentamiento de clases –que ahora mismo comienza a aflorar- porque el Estado defenderá lo justo. Y ahora mismo el Estado para muchos está al lado de la injusticia. Y, por supuesto, José Antonio, defensor de la soberanía de la nación, de la independencia, estaría en contra de la limitación de soberanía económica que hoy nos acosa colocándonos bajo la dictadura de eso que llaman los mercados y que no es más que el capitalismo financiero-especulativo.
José Antonio era partidario de la redistribución de la riqueza y el reequilibrio entre los grupos sociales, algo que hoy se considera casi “pecado” enunciarlo. Yo creo que ante la situación de clara injusticia que nos azota, ante la explotación económica que vamos a sufrir en los próximos años, esa que desde el poder difunde la idea de que los españoles tendremos que conformarnos con ser pobres, trabajar más y perder derechos sociales, el corazón de José Antonio estaría al lado de los indignados, de los desahuciados y frente de la oligarquía político-financiera. Entre otras razones porque toda la construcción política de José Antonio antepone al hombre, a la persona a cualquier otra consideración y hoy la persona vive al servicio de la economía.
- ¿Por decir esas cosas le mataron?
Me va a permitir que le conteste con imágenes joseantonianas. Él creía que si de verdad se quería evitar el triunfo de la izquierda, arrancar a las masas del error izquierdista en el que se refugiaban como engañosa respuesta ante la injusticia y la explotación, era preciso que la Patria, el Pan y la Justicia llegaran a todos los españoles. Las balas cortaron esa posibilidad aunque debe indicarle que muchos de los avances sociales que en España se produjeron durante el régimen de Franco están inspirados en las ideas de José Antonio.
-Volvamos a su investigación. Más de seiscientas páginas y novecientas notas que nos remiten a una documentación inédita impresionante. ¿Qué descubre esa documentación?
Por primera vez podemos referir cómo fue de verdad la ejecución en Alicante. Por ejemplo, que por aparentar normalidad las autoridades del Frente Popular alicantinas decidieron ejecutar junto con José Antonio a cuatro muchachos que estaban indultados. Las cartas que ellos escribieron en esos días, como las que José Antonio escribió la víspera de su asesinato sobrecogen el alma. Reconstruir todos los intentos de rescate y la posición de Franco desde documentos inéditos y calificados en la época como reservados. Podemos establecer quiénes eran los integrantes del piquete, la inmensa mayoría anarquistas. Hemos encontrado los papeles del Fiscal que actuó en el juicio que son sus notas manuscritas. Aparecen cartas que se utilizaron en el juicio y que han permanecido perdidas incluyendo algún original de José Antonio. Contamos con las declaraciones de muchos de los que asistieron al juicio que nos revelan cómo el gobierno, primero de la mano de Indalecio Prieto y después por obra del ministro anarquista Oliver, estableció la sentencia antes del juicio. Y, por si fuera poco, exhibimos las pruebas de cómo el gobierno, Indalecio Prieto básicamente, intentó manipular el sumario.
-Usted dedica un amplio apartado a todo el proceso legal…
Sí, pero yo entiendo que no es correcto circunscribirse al proceso de Alicante. Es un proceso fraccionado en varias causas que arrancan con la detención de José Antonio en marzo de 1936. La concatenación de procesos para retenerle en la cárcel, la vulneración de las sentencias por parte del gobierno del Frente Popular lo que nos muestra es cómo el Estado de Derecho dejó de existir en España la primavera de 1936. El juicio de Alicante fue un juicio político en el que el Fiscal, que no consiguió probar la acusación, llegó a fabricar pruebas y el Tribunal impidió la declaración de algunos testigos importantes… La sentencia de muerte estaba decidida de antemano y pactada entre anarquistas y socialistas.
-¿Qué le impresionó más de ese último José Antonio?
Me pone en un aprieto. Creo que se trasluce en algunas páginas del libro algo fundamental: la aceptación del destino. La serenidad con que José Antonio vive instantes dramáticos. Su Fe, profunda y sincera, que aflora en los capítulos finales. Esa petición a Dios, constante en la noche del 19 de noviembre, de que su vida no acabe y al mismo tiempo la aceptación de que su destino ya sólo estaba en manos de Dios. La calidad humana de un hombre al que le dolía la sangre que se estaba vertiendo y por la que pide perdón por la parte de responsabilidad que le pudiera corresponder. Releyendo alguna de las páginas creo que el relato adquiere tintes muy emotivos cuando toca narrar esos instantes humanos: como cuando en el juicio le van a permitir a Margot, la mujer de Miguel Primo de Rivera que también está acusada, que se quede a comer con su marido y su cuñado y el Fiscal lo prohíbe. Entonces José Antonio le guarda dos galletas de las que le han dado y se las entrega al reanudarse la sesión.
-Me comentaba al principio de nuestra entrevista que este era un libro interactivo…
Bromas a un lado. Es verdad. Si por mi hubiera sido, para susto de mi editor, el libro tendría doscientas páginas más. Yo quería un libro vivo y la red nos permite hacerlo. El libro tiene una página web propia (elultimojoseantonio.com), desde la misma se podrán descargar documentos, artículos míos que abordan temas no incluidos en el texto o muy sucintamente tratados; el lector podrá hacernos llegar su opinión y colaborar a la hora de corregir o ampliar la información. Fíjese que hace un rato he recibido un testimonio de esos días que yo desconocía de familiares de personas que estuvieron allí. Se podrán seguir las presentaciones que vamos a realizar y acceder a cuántas críticas, entrevistas o recensiones se ocupen de “El último José Antonio” y por supuesto comprar el libro a través de la web de la editorial Barbarroja a cuyo director Miguel Ángel Vázquez estaré siempre agradecido por correr el riesgo de sacar a la luz un texto como éste. Y a mis buenos amigos Dionisio -también autor de la portada- y Alfonso que han realizado la página.


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